AUTORES Texto: Michelle Knudsen Ilustraciones: Kevin Hawkes |
Mientras el león respete las normas (no hay ninguna que impida la entrada de un león en la biblioteca) puede oler los libros, ayudar a limpiarlos y, lo que más le gusta, asistir a la hora del cuento. Al Sr. Mosquera le molesta esta peluda presencia, que no afecta a su jefa, la directora, siempre que el animal guarde un estricto cumplimiento de las reglas. Hasta que un día, ante un acontecimiento inesperado, el león se salta las normas.
¿QUÉ PODEMOS TRABAJAR CON L@S NIÑ@S A PARTIR DE ESTE CUENTO?
La importancia de las normas para la convivencia: Respeto y flexibilidad
¿Qué normas tenía la biblioteca?
No correr, (no hablar alto, no jugar...)
¿Por qué tenía esas normas?¿Para qué sirven esas normas?
La biblioteca es un lugar que utiliza mucha gente. Para que todo el mundo esté a gusto y pueda utilizar los recursos de la biblioteca, se ponen normas. Así todos sabemos lo que podemos y no podemos hacer.
¿Qué otros lugares con normas conoces?
El colegio, las casas (la propia, la de los abuelos,...), los museos...
¿Todos los lugares tienen las mismas normas?¿Por qué?
No. Las normas se ponen en función del lugar en el que estemos, y el uso que se le dé a ese lugar. Vamos a la biblioteca a leer, por lo que necesitamos un ambiente tranquilo para concentrarnos y poder entender lo que leemos. Por eso, en la biblioteca no se pueden hacer cosas que distraigan a las personas que van allí: no podemos hablar alto, correr, hacer mucho ruido...
En el cole, por ejemplo, según dónde estemos las normas no son las mismas: en clase no podemos correr, ni gritar, pero en el patio a la hora del recreo sí (porque el recreo es para jugar, y la clase para aprender y necesitamos concentrarnos).
¿Podemos saltarnos las normas? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Ahora, pensemos en nosotr@s...
¿Nosotr@s cumplimos las normas?
¿Tenemos normas establecidas en los espacios en los que convivimos con otras personas?
¿Son claras nuestras normas, y conocidas por todas las personas implicadas?
¿Somos flexibles con las normas?¿Demasiado?¿Nada?
PROFUNDIZANDO
Las normas son fundamentales para la convivencia. Cuando compartimos espacios o actividades con otras personas es importante que todo el mundo conozca el funcionamiento de ello, y que se sienta autónomo. Las normas nos dan:
- Seguridad: Sé lo que puedo y lo que no puedo hacer.
- Sensación de control: Sé lo que puedo esperar de los demás (o lo que puedo pedirles).
- Sensación de eficacia: Sé cuándo lo estoy haciendo bien
- Regulan la vida
- Evitan conflictos
Para que las normas sean eficaces, deben ser conocidas y comprendidas fácilmente por todos los implicados. Para ello tienen que ser:
- Claras: Que no den lugar a confusión, duda o mal entendido.
- Cortas
- Enunciadas o tratadas de una en una (una avalancha de normas puede saturar, crear confusión, y dificulta la comprensión de las mismas)
- Duraderas (que se mantengan a lo largo del tiempo para aportar estabilidad)
- Coherentes (que se puedan razonar y argumentar)
- Ajustadas
Lo ideal a la hora de establecer normas es que los implicados se reúnan y las pacten, y, en caso de que sea necesario, determinen las consecuencias que conllevarán su no cumplimiento.
Una vez pactado, dejar por escrito lo establecido y en un lugar visible y/o común.
Las normas escritas de lo que creamos necesario
- Reunión familiar
- Lluvia de ideas sobre las tareas de la casa/ normas / conflictos
- Tratar uno por uno los temas: lluvia de ideas de propuestas de mejora
- Valorar las propuestas
- Establecer las propuestas entre todos
- Escribir lo pactado (valorar si sería bueno firmarlo
- Decorarlo
- Ponerlo en la nevera
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